Es una inflamación crónica que afecta a la mucosa bucal, lengua, encías y paladar. Puede ocasionar: ardor, dolor, gingivitis (inflamación de las encías), molestias al masticar, al tragar, al hablar, irritación por el cepillado dental con sangrado, aumento de la sensibilidad con alimentos calientes, ácidos, salados o picantes.
Etimológicamente el vocablo liquen viene del griego leico que en 1.862 Von Hebra utiliza la palabra liquen (latinismo del término leichen), que viene a significar chupar, lamer. Que vendría a ser como una “lengua de fuego” que va chupando el territorio que va conquistando.
Erasmus Wilson (1.869): describe el leichen planus que vendría a ser el L.P.O. actual.
En 1.885 Thibierge fue el primero que ordenó y sistematizó las lesiones del L.P.O.
Wickham (1.895) aplicó el término “estrías de Wickham” a ciertas lesiones bucales.
Se estima que afecta entre el 0,2%-1,9% de la población mundial. Afecta de 3 a 4 veces más a las mujeres que a los hombres. Y se da sobre todo entre los 30 a los 70 años.
El liquen plano puede aparecer en: la piel, mucosa genital, cuero cabelludo, uñas y sobre todo en la boca. Las manifestaciones orales pueden acompañar o preceder a las lesiones cutáneas.
Aparecen como manchas blancas reticuladas y elevadas, como manchas rojas hinchadas y dolorosas o como llagas abiertas.
NO se contagia. NO es infecciosa. Ocurre cuando el sistema inmunitario ataca a las células de la mucosa, siendo de etiología idiopática (al menos hasta ahora). La teoría inmune se apoya en la presencia de un infiltrado intenso de linfocitos T en el corión y zona basal lesional. Estos linfocitos T se suponen que actuarían contra las células basales, de tal forma que al no reconocerlas como normales las destruirían por un mecanismo de hipersensibilidad retardada.
En algunas personas se puede desencadenar por: lesiones bucales previas, algunos medicamentos (anti-HTA, antibióticos, diuréticos), placa bacteriana y el sarro, infecciones bucales, alergias secundarias a materiales dentales, prótesis dentales o aparatos metálicos (ya que pueden ocasionar roces), alimentación ácida, caliente o picante, malos hábitos como el fumar o el alcohol, enfermedades sistémicas (HTA, tiroides, diabetes mellitus), …. La ansiedad o el estrés empeora los síntomas o facilita recidivas.
Se dice que el L.P.O. se da en personas con grandes responsabilidades, y que viven y trabajan con gran estrés y tensión.
Puede ocasionar complicaciones como: dolor importante, estrés, pérdida de peso, cicatrices secundarias a lesiones erosivas, depresión, infecciones fúngicas, cáncer bucal, …
Las lesiones típicas se definen por las cinco “Ps”, que son: pápulas, placas, poligonales, pigmentadas y pruriginosas.
Pueden presentarse de varias formas, como son:
a) RETICULAR: es la más común. Son como pinceladas blanquecinas en la mucosa o bien como gránulos. Suelen ser asintomáticas. Aparecen en los lados de la lengua, encías o en la mucosa bucal. Clásicamente se describen como “estrías de Wickham”.
b) AMPOLLAR: se caracterizan por ser lesiones ampollares que posteriormente se ulceran. Se da en la zona gingival palatina de los dientes superiores.
c) EROSIVA-ATRÓFICA: con áreas enrojecidas que se ulceran. Pueden aparecer una o varias lesiones. En la mucosa yugal del carrillo. Es el que tiene mayor potencial de malignización, seguida por la forma en placas.
d) PAPULAR: en la mucosa yugal del carrillo.
e) EN PLACAS: se da en el dorso de la lengua. Con placas NO desprendibles a diferencia de las enfermedades micóticas que si lo son.
El diagnóstico es visual, pero en caso de duda se realiza una biopsia.
Puede resultar peligroso si:
1) Cambia de color, de blanco a rojo.
2) Si se encuentra en los lados de la lengua o en suelo de la boca.
3) En caso de que los bordes lesionales no estén definidos.
Por lo que es importante descartar un cáncer de la boca. Siendo adecuado realizar controles semestrales por Odontología. El rango de transformación maligna va del 0,3% al 10%, con una media entre el 1% al 2%.
En el protocolo de estudio de un paciente con L.P.O. se debe de investigar la presencia de medicamentos y materiales dentales (amalgamas) que puedan desencadenar reacciones liquenoides, candidiasis (que agravarían un L.P.O.) y hepatopatías (sobre todo hepatitis B y hepatitis C).
NO existe, por el momento, un tratamiento curativo. La exéresis del L.P.O. con márgenes de seguridad, es la forma de asegurar la salud bucodental; aunque puede recidivar y darse en otras partes. En función de la severidad del brote, se pueden usar corticoides de baja potencia como el acetónido de triamcinolona en concentraciones entre el 0,1% al 0,5%. En solución acuosa para enjuagues bucales; unas 2 a 3 veces al día y con retirada lenta y progresivamente descendente.
La forma erosiva, suele ser más difícil de tratar, por lo que requiere de un largo tiempo de uso de medicamentos inmunosupresores.
Harrantz.
Comentarios
Publicar un comentario