Juan Sebastián Elcano (Getaria: 1.486, no se sabe el día ni el mes de su nacimiento/ Océano Pacífico: 4 de agosto de 1.526). Fue el marinero que completo la primera vuelta al mundo (junto con otros 17 marineros más), en la expedición iniciada por Fernando Magallanes, al quedar al frente de la misma tras la muerte de este. Fue el primogénito de nueve hermanos.
Sobre su apellido ha sido transcrito de diversas formas, a
saber: “Elcano”; “de Elcano”; “de El Cano”;
“Del Cano”; “el Cano”. La firma
del navegante, que se conserva en varios documentos, usa la forma “delcano”.
“Del Cano” o “el Cano” sería una transcripción del apellido gentilicio original al añadirle la preposición “de”, algo habitual en aquella época y confundirlo con el mucho más común apellido “Cano”. En los tiempos actuales se ha extendido la grafía vasca “Elkano”, que vendría a significar: “paraje de heredades de labor”.
Se cree que pertenecía a una familia acomodada de pescadores
y marinos en su natal Getaria. Que contaban con casa y embarcación propia.
Aunque al morir su padre joven, la madre tuvo que sacar a la familia con gran
esfuerzo. Sin duda estaba decidido a continuar con la tradición familiar, ya
que se enroló en varios barcos pesqueros y comerciales a lo largo de su
juventud.
Se cree que sus habilidades marineras se pusieron a prueba
mediante la práctica de contrabando con Francia.
En 1.509 tuvo su propio barco, formando parte en varias
expediciones militares. En su última campaña militar la mala fortuna le hizo
hipotecar su nave; que más adelante acabo vendiendo ante la imposibilidad de
pagar sus deudas (entre ellas el salario de su tripulación que habían amenazado
con amotinarse). Ya que esperaba la compensación económica que le debía la
Corona de España por los servicios prestados en la campaña militar en Italia
(bonita forma de pagar a sus súbditos).
Pero al vender su nave a unos mercaderes de Saboya, estaba
incumpliendo una ley de la época que prohibía la venta de naves armadas a los países
extranjeros en tiempos de guerra. Por lo que paso a ser un delincuente para la
justicia.
Pudiendo ser este uno de los motivos que hiciera que se
desplazase a Sevilla en busca de nuevas oportunidades.
Se enrolo en una expedición, financiada por la Corona
Española, además de por los banqueros Haro y los Fugger, de cinco naos
(Concepción, Santiago, Trinidad, Victoria y San Antonio; de las que tres eran
de origen vasco adquiridas en Erandio, Lekeitio y Ondarroa ) y con unos 239
marineros (según relato de Antonio Lombardo “Pigafetta”, cronista y superviviente
de esta gesta; de los cuales el 14% -31-
eran de origen vasco) desesperados, deudores, forajidos y prófugos de la
justicia (la mayoría castellanos y andaluces, junto con algunos marineros
avezados gallegos, cántabros y vascos; además de portugueses, griegos,
franceses, genoveses, sicilianos y venecianos). Aunque hay una gran
discrepancia en cuanto al número de marineros embarcados, que oscila entre 265
y 270, según diversas fuentes.
Zarparon de Sanlúcar de Barrameda (provincia de Cádiz) el
día 20 de septiembre de 1.519 con la idea de navegar en dirección poniente
(OESTE).
La expedición aventurera era política, comercial y
científica.
Tras la caída de Constantinopla en 1.453, Turquía bloqueo el
paso e impuso elevadas tasas al comercio de las especias. Lo que llevo a las
Coronas de España y de Portugal a buscar otras rutas alternativas por el mar más
asequibles.
La expedición comandada por Fernando Magallanes (navegante
portugués) y acompañado de Rui de Faleiro (un prestigioso cosmógrafo) fue
propuesta al rey Manuel I de Portugal, con la idea de viajar a las Indias Orientales
por una nueva vía marítima que le llevase a las islas de las Especias o islas
Molucas. Siendo menospreciado y no haciendo caso de sus propuestas, se las hizo
posteriormente al rey Carlos I de España.
Para los portugueses fue una alta traición (por la gran
rivalidad entre Portugal y España en esta época de descubrimientos y tras
repartirse el mundo en 1.494 por el Tratado de Tordesillas), por lo que fue
perseguido tanto él como su familia. Debiendo en su navegación evitar “los
mares portugueses”.
Fernando Magallanes moriría el 27 de abril de 1.521 tras
tener una escaramuza con los indígenas en las islas Molucas o islas de las
Especias, acordándose que se hiciera cargo de la nao Victoria como capitán a
Juan Sebastián Elcano.
El viaje estuvo lleno de vicisitudes con: amotinamientos,
deserciones, autoritarismo, hambre, enfermedades, escaramuzas con los
indígenas, frío, calor, …
Tras dos años, once meses y quince días: 18 marineros y 3
nativos desembarcaron de la nao Victoria al lugar de donde habían partido el
día 6 de septiembre de 1.522. Estaban famélicos, exhaustos, agotados, enfermos,
desnutridos, vestidos con harapos, …. La nao Victoria llego con sus velas
hechas jirones, con los mástiles partidos, con los aparejos podridos, con el
casco desconchado, …. Pero volvió cargada de clavo y de otras especias muy
apreciadas en Occidente y de cuya venta sufragó sobradamente los costes de la
expedición.
Juan Sebastián Elcano no fundo casa propia. El Rey de España
le concedió un escudo de armas dotado de un globo terráqueo con el siguiente
lema “Primus Circumdedisti Me” (fuiste el primero que me circunnavego); en
dicho escudo también aparecían dos ramas de canela, tres nueces moscadas y doce
clavos de olor.
Además, le fue otorgada una pensión vitalicia de 500 ducados
anuales que nunca cobro. La madre de Juan Sebastián Elcano llamada Catalina,
era una mujer muy decidida y que no iba a renunciar a aquello por lo que sus
hijos dieron su vida (así pagaba para gloria de la Corona de España; siendo la
segunda vez que sucedía). Estuvo reclamando los haberes que no le habían
pagado, pero si apalabrado. Tras su muerte, los descendientes siguieron reclamando
estos hasta el año 1.567.
Y pese a todos los logros que realizo, el Rey de España (Rey
de un imperio donde no se ponía el sol) también le negó la Capitanía General de
la siguiente expedición a las islas Molucas. En la cual moriría no se sabe si por
el escorbuto o por las toxinas ingeridas al comer peces coralinos.
Fue el primero en navegar por los tres grandes océanos
(Atlántico, Pacífico e Índico). La expedición recorrió 14.000 leguas.
En su última escala (en las islas de Cabo Verde), antes de
finalizar la expedición en Sanlúcar de Barrameda, se percató que llevaban un
día menos de lo que pensaba en la misma. Era lógicamente una de las
consecuencias de haber dado la primera vuelta al mundo.
HARRANTZ.
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