La emigración o diáspora (dispersión de habitantes que abandonan su lugar de origen), generalmente, siempre se da por varios motivos, a saber: económicos, familiares, aventuras, políticos, catástrofes, guerras, …
Con ello se rompe con los lazos familiares, con su entorno,
con su cultura, con su idioma, … La mayoría de las veces es una situación
sobrevenida y no deseada.
Se inicia una nueva vida en un lugar nuevo y desconocido.
Se va a tratar el tema de la emigración vasca en concreto a
Estados Unidos, una tierra nueva, indómita (al estar inmersa en el proceso de
colonización, sobre todo durante el siglo XIX) y con un idioma desconocido.
La comunidad vasca en los Estados Unidos siempre ha sido una
comunidad conectada y con sentimiento de pertenencia. Dándose altos grados de
endogamia en la primera generación.
La inicial y mayor demanda fue la necesidad de pastores de ovejas; un trabajo harto conocido y con gran tradición en las tierras de Euskal Herria.
La importancia del pastoreo es grande y las autoridades en
EE.UU. así lo han reconocido, sobre todo en los últimos tiempos con ocasión de
la IIª guerra mundial. Siendo los pastores declarados libres de hacer el
servicio militar, y al mismo tiempo se dictaron varias disposiciones
gubernamentales para legalizar la situación de muchos emigrantes vascos que se
encontraban en situación irregular por no haber cumplido con los requisitos
señalados por las leyes de inmigración para entrar en los EE.UU.
Las relaciones de los pastores vascos con la sociedad en
EE.UU. no era buena. Ya que los ganaderos ya establecidos los consideraban
intrusos y el pastoreo era un oficio NO apreciado en el Oeste de los EE.UU.
Pero se ganaron el respeto y fueron aceptados por su gran homogeneidad racial y
por su laboriosidad (a diferencia de los de origen mejicano).
Los primeros vascos se asentaron en el Oeste de los Estados
Unidos, y mayoritariamente en los estados de Wyoming, Utah, Nevada, Idaho y
California. Donde fueron inicialmente a trabajar en las minas de oro recién
descubiertas (en la llamada fiebre del oro). Pero con el paso del tiempo
descubrieron que la dedicación al pastoreo (de ovejas principalmente y también
de ganado) les daba mayores ingresos y era más afín con sus costumbres
tradicionales.
En Boise (capital del estado de Idaho) es considerada el
epicentro de la diáspora vasca en EE.UU. Donde cada cinco años se celebra un
gran festival de la cultura vasca organizado en torno a su “basque block”
(barrio vasco).
En la segunda mitad del siglo XIX se solapan dos
circunstancias que serían motivo de la emigración vasca a Estados Unidos. La
primera estaría vinculada a las consecuencias de la IIª Guerra Carlista en
Hegoalde que conllevo a la pérdida de los Fueros y la segunda a la llamada
fiebre del oro (ya mencionada) tras su descubrimiento en tierras de California
(aunque hay que destacar que fueron pocos los vascos que se dedicarían a ello).
INCISO: Entre algunas de las
consecuencias de la abolición de parte de los Fueros, fue que por primera vez
se solicitase un cupo de hombres para las quintas del ejercito del Reino de
España. Lo que provoco deserciones masivas en Hegoalde al ejército español.
En Nafarroa fue donde primero se
introdujo mediante la Ley de Fueros de 1.841, implantándose entre 1.848-1.849.
Y en Euskadi fue introducido el
servicio militar obligatorio tras la IIª Guerra Carlista, al amparo de la Ley
del 21 de julio de 1.876, aunque eximiendo a aquellos que habían luchado en el
bando Isabelino y a sus hijos.
Aunque desde las guerras
napoleónicas en la península Ibérica y posteriormente con las tres guerras
carlistas durante el siglo XIX, aumento la emigración vasca a América.
Se podrían destacar algunas características en el comportamiento
generacional de esta emigración. Ya que en la primera generación lo último que
pensaban era en su identidad como pueblo, ya que para ellos lo primero era
sobrevivir. En la segunda generación hicieron todo lo posible por integrarse en
la sociedad estadounidense, dejando de lado sus costumbres y el idioma. Para ya
en la tercera generación volver a sus raíces, esforzándose en revivir la
cultura y el idioma olvidado por sus padres.
Muchos de los emigrantes iban perdiendo no solamente el
idioma vasco, sino el rasgo más característico de su identidad étnica, como es
el carácter vasco de su apellido. Sufriendo una transformación al idioma
angloparlante.
Las MUJERES que emigraban eran las que NO heredaban (debido
al mayorazgo o mayorio, que beneficiaba en la herencia del patrimonio familiar al
hijo varón mayor, con el propósito de no diseminar dicho patrimonio sino que
incluso pudiera aumentar; usualmente era el hijo varón mayor, aunque en algunas
ocasiones podía ser cualquiera de los hijos, varón o mujer, que se considerara
más capacitado para la sucesión), las que NO podían casarse con herederos, las
que NO querían vivir pobres como esposas de hombres sin tierra en el pueblo,
como solteras en el pueblo o en las ciudades, …
INCISO: En algunos países donde
emigraron los vascos fueron recordados por sus actividades, como pastores en
los EE.UU.; como panaderos en México; como lecheros u otras actividades
agrícolas en Argentina; …
HARRANTZ.
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