La epidemia de gripe de 1.918 (virus de la gripe tipo A, subtipo H1N1) se empezó a propagar por todo el mundo. Siendo considerada la peor pandemia de la historia contemporánea. En un año en el que estaba Europa inmersa en la Primera Guerra Mundial (La Gran Guerra) entre 1.914- 1.918. Estando en el cuarto año de guerra los gobiernos involucrados no querían que la población tuviera más preocupaciones añadidas; censurando las informaciones sobre la misma. Ocultaron las noticias de las muertes por la pandemia, para no desmoralizar a los suyos ni mostrar debilidad frente al enemigo.
En España, neutral en dicho conflicto, se informaba sobre
esta epidemia gripal. Por lo que otros países decidieron que el nombre de gripe
española (Spanish Influenza o Spanish Flu como se la denomino), era el más
adecuado. A partir de escribir la primera noticia el corresponsal del The Times
en España, el día 3 de junio de 1918; ya que la prensa occidental y las
publicaciones médicas usaban este término, que llegó por consolidarse. A pesar
de no ser España el epicentro de la pandemia. Se calcula que fueron unos ocho
millones los infectados y unos 200.000-300.000 los fallecidos (aunque las
cifras oficiales precisaban que eran menos) en España.
Por primera vez en el siglo XX en España hubo más muertos
que nacimientos en un año; junto con el año 1.939 (por motivos evidentes en
relación con la Guerra Civil Española).
En España se difundió por los jornaleros que se desplazaron
a Francia a trabajar, debido al vacío en la mano de obra por la Primera Guerra
Mundial. Entre abril y mayo de 1.918.
Aunque al inicio de la pandemia, los nombres que se usaron
para nombrarla sirvieron para culpar unos países a otros de su origen. Tal como
son: en Senegal era la gripe Brasileña; en Brasil era la gripe Alemana; en
Dinamarca era la gripe del Sur; en Polonia era la gripe Bolchevique; en
Alemania era la peste Rusa; en Rusia era la gripe China, ….
En sus inicios se pensó que era una gripe epidémica anual
más, al menos en España.
Las medidas que resultaron más eficaces para el control
fueron: uso obligatorio de la mascarilla, el distanciamiento social y la
prohibición de reuniones (no siempre acatadas).
En España, los obispos de Zamora y de Valladolid entre otros, organizaban misas multitudinarias para rezar a los santos y pedir que se extinguiera la pandemia, bajo amenaza a las autoridades de excomunión si prohibían los actos.
Una explicación de que afectara a las personas jóvenes,
sobre todo entre los 20 a los 40 años, es la posible inmunidad adquirida en una
epidemia de la gripe “rusa” de 1.889-1.89…, que causó alrededor de un millón de
muertos e infectó a más de 25 millones de personas. Se inició en San
Petersburgo y en sólo cuatro meses dio la vuelta al mundo.
Históricamente, se ha considerado como el primer paciente al
cocinero Gilbert Gitchell (algunos lo mencionan como Mitchell) del campamento militar
Fort Riley (Kansas; EE.UU.). Ingresado en el hospital el 4 de marzo de 1.918
tras presentar fiebre. Registrándose horas después un aumento de nuevos casos
(más de 100) y en las semanas siguientes fueron más de 1.000 los afectados;
necesitándose habilitar un hangar para acoger a los enfermos, ya que el
hospital no tenía suficiente capacidad.
Los soldados de este campamento militar de Fort Riley, tras
su recuperación de la primera ola fueron enviados a los campos de batalla en
Europa. Extendiéndola por toda Europa (incluida la neutral España) y por todo
el mundo. Siendo la isla de Marajo (en Brasil) la única zona del mundo sin
reportar ningún caso.
En dicho campamento “convivían “, innumerables animales
domésticos como cerdos y aves de corral; además de miles de caballos y mulas.
Los cerdos pueden ser susceptibles a los virus de la gripe aviar, que luego
pueden mutar y transmitirse a los seres humanos.
La evolución de la pandemia, con sus variaciones geográficas
en el mundo, se desarrolló en varias olas.
La primera fue en la primavera y verano de 1.918.
La segunda en el otoño de 1.918 (octubre y noviembre, sobre
todo) más agresiva y mortal que la primera.
La tercera más leve clínicamente pero más larga, ya que duró
hasta casi el verano de 1.919.
Se dice que hubo una cuarta ola en la primavera de 1.920
pero mucho más débil.
Aunque se cree que puede haber otro origen, en concreto en
diciembre de 1.917 en otro campamento militar: en Camp Greene en Charlotte
(Carolina del Norte), donde se pudo observar que de un total de 565 individuos
con gripe fallecieron 20 (todos jóvenes). Que es un porcentaje muy elevado de
mortalidad en esa población joven respecto de lo esperado de otras epidemias
gripales estacionales. Todos con una serie de síntomas más parecidos a los de la
gripe pandémica que a la estacional. Expandiéndose a otros campamentos
militares en diciembre de 1.917; aunque ya se habían dado casos en otros
campamentos militares en octubre y noviembre de 1.917.
Al normalizarse y controlarse la crisis sanitaria, fueron
los territorios en los que se habían impuesto medidas más severas y precoces,
los que recuperaron antes su economía (según un estudio del M.I.T.).
En unos 18 meses este virus tan mortal desapareció casi tan
repentinamente como había aparecido. Motivado por: ¿alcanzar inmunidad de
rebaño?. Lo cierto es que no se sabe.
INCISO: se llama inmunidad de rebaño, comunitaria, de grupo
o colectiva, cuando una población se hace inmune a una enfermedad. Ya sea
debido a la existencia y aplicación de una vacuna o por exposición habiendo un
porcentaje muy elevado que han pasado la enfermedad. Se supone que la
enfermedad infecciosa ya pasada, protegerá a las personas de enfermarse por
segunda vez . La inmunidad de rebaño se da cuando hay suficientes individuos
protegidos inmunológicamente como para que el virus no avance. Los porcentajes
que se requieren varían según el proceso infeccioso, así por ejemplo para la
parotiditis entre el 75%-86%, para el sarampión del 95%, para la poliomielitis
del 80%, …
Unos 50 (e incluso algunos lo elevan a 100) millones de
seres humanos se calcula que fallecieron, según estimaciones revisadas recientemente;
es decir, entre un 3% a un 6% de la población mundial de esa época.
Multiplicando por varias veces los muertos por la Primera Guerra Mundial. Además,
un tercio de la población mundial se infectaron. Situándose la tasa global de
mortalidad entre el 10% y el 20% de los infectados.
Buena parte de los fallecidos acabaron en fosas comunes.
En 1.919 se intentó vacunar contra el virus de la gripe y
los médicos desarrollaron una vacuna contra el bacilo de Pfeiffer o Haemophilus
Influenzae (como se le llamo más adelante) que fue totalmente ineficaz. Ya que
fue identificado incorrectamente como el germen causante; al ser este un germen
secundario de una de las complicaciones pulmonares y no ser el virus de la
gripe.
En España la segunda ola (otoño de 1.918), fue de especial
intensidad. Según estimaciones la mortalidad que se produjo fue de: un 45% en
octubre y de un 30% en noviembre del total de la mortalidad de toda la
pandemia.
La diferente severidad de la mortalidad entre la segunda,
ola muy elevada; y la primera y la tercera similar a la gripe estacional,
provoca dudas sobre si fue el mismo virus o si fue otro el que ocasionó la gran
virulencia de la segunda ola. Es posible que no se llegue a conocer el origen
del virus de la pandemia de 1.918, ni el porqué de su virulencia. Hay que
destacar que los virus pandémicos ocurren de forma más o menos imprevista; es
decir, no se anuncia su llegada.
Las aves son el principal reservorio de los virus gripales.
Además de algunos mamíferos, aunque en menor medida. Los virus pandémicos de
origen, probablemente aviar, llegan al ser humano tras ser huéspedes en otros
mamíferos, dando como resultado una compleja recombinación genética que les
faculta para infectarnos.
Estudios recientes indican que, ya en 1.917, se dieron casos
similares de la gripe en Francia, en concreto en un campamento militar
británico en Étaples-Sur-Mer. Otros estudios indican el origen en otro
campamento militar en Texas (EE. UU.), en noviembre de 1.917. También hay quien
opina que hubo un origen asiático.
Todas las gripes toman el nombre de dos proteínas de la
superficie del virus: H (hemaglutinina) para adherirse a las células y N
(neuraminidasa) para liberarse de las células infectadas e infectar otras
nuevas.
Los investigadores se han preguntado si el virus de la gripe
de 1.918 empezó a afectar a los seres humanos transmitido por cerdos u otros
mamíferos; los cuales la contrajeron a partir de aves, o quizás fueron las aves
el foco infeccioso primitivo. La comparación de la estructura de la
hemaglutinina de la cepa del virus de la gripe de 1.918 con otra de virus
aviares y porcinos, parecen indicar que el virus de la gripe de 1.918, tan
devastador, parece un virus aviar con algunas características humanas.
Todo lo cual, nos lleva a pensar en el porqué de la
virulencia de esta gripe. La transmisión de aves a seres humanos es muy
infrecuente, por lo se intuye de su gran potencial mortal.
Debido a que las proteínas de superficie del virus de la
gripe de 1.918 eran distintas de aquellas que se encuentran en otros virus de
la gripe, el sistema inmunológico humano no las reconoce y no lo puede combatir
eficazmente.
Al no haber protocolos sanitarios que seguir en aquella
época, los pacientes se agolpaban en espacios reducidos y con poca o nula
ventilación. Llegándose a usar la mascarilla de tela y de gasa, totalmente
ineficaces.
La mayoría de los pacientes fallecieron por una neumonía bacteriana secundaria, ya que no existían aun los antibióticos (no siendo el primer antibiótico descubierto hasta 1.928). Otros fallecieron por hemorragia pulmonar masiva y aguda, por edema agudo de pulmón, por insuficiencia respiratoria, ….
Los síntomas eran muy amplios desde: dolor de garganta,
dolor en el pecho, escalofríos, sudoración, astenia, cefalea, artralgias, ….
Los enfermos más avanzados padecían una toxemia “apabullante”, con delirios,
diarrea muy abundante y neumonía. Y en el peor de los casos: cianosis, que los
médicos de la época denominaban “muerte púrpura”, ya que en este estadio rara
vez sobrevivían.
Según los médicos de la época, el aire purificaba a los
enfermos y les ayudaba en su tratamiento. Por lo que los grandes hospitales de
campaña se construyeron en espacios abiertos. Con el consiguiente peligro de contagio.
Los remedios naturales aparecieron difusamente, pero sin
ninguna evidencia científica y de efectividad. No existía una cura para esta
pandemia gripal. Así que los médicos aplicaron los tratamientos de la época,
como son: administrar oxígeno, tomar aspirinas en grandes cantidades, realizar
sangrías, … Incluso se llegó a animar a fumar, ya que se pensaba que la
inhalación del humo mataba a los gérmenes.
Solamente una medida terapéutica mostro algún éxito: la
transfusión de sangre de pacientes recuperados a los nuevos enfermos (se vuelve
a asemejar al también propuesto para el COVID-19).
La Primera Guerra Mundial contribuyó decisivamente a su
propagación; debido a la gran movilidad de los combatientes y por el importante
desarrollo en la época de los medios de transporte.
Recientemente el equipo del Dr. Taubenberger, analizando
tejidos pulmonares de un enfermo fallecido durante la pandemia (que se ha
conservado adecuadamente), y comparándola con la almacenada de otras cepas de
distintos bancos genéticos de diferentes países (EE.UU., Japón y Europa).
Concluyó que el virus pandémico era totalmente NUEVO y que estaba muy
relacionado con un subgrupo de cepas que infectan normalmente a los seres
humanos y a los cerdos. Una explicación sería que el virus NUEVO fuera una
recombinación genética entre un virus porcino y otro humano; aunque también es
posible que el virus porcino hubiera adquirido la capacidad de infectar a los
seres humanos o incluso de que el virus pudo haber estado “escondido en algún
lugar desconocido”, hasta que reapareció con un nivel de virulencia inusitado.
Una de las conclusiones de las investigaciones es que el
virus mata a causa de una tormenta de citocinas (similar al COVID-19), lo que
explicaría su gravedad. El sistema inmunológico del paciente funciona contra el
mismo paciente. Cuando un sistema inmunológico demasiado reactivo puede
conducir a un proceso inflamatorio masivo, que en esta pandemia gripal afecto a
los pulmones (sobre todo) y a otros órganos.
Algunos enfermos famosos fueron; Edvrad Munch (pintor
noruego), Guillermo II de Alemania, Woodrow Wilson (presidente de EE.UU.),
Lloyd George (primer ministro británico), Franklin Delano Roosevelt (futuro
presidente de EE.UU.), …
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