No hay unanimidad en las cifras de los niños evacuados (en general estaban comprendidos entre los 5 y los 15 años). Se manejan las siguientes cifras: 20.000 en Francia; 5.000 en Bélgica; 4.000 en Gran Bretaña; 3.000 en la U.R.S.S., 800 en Suiza; 455 en México; …. Todos ellos con la colaboración de sus respectivos gobiernos, con excepción del de Gran Bretaña. El movimiento solidario británico partió de sus ciudadanos y de algunas de sus grandes élites.
Desde 1.937 en el frente del norte, con la ayuda como
escolta de la armada inglesa y con el consentimiento del gobierno francés, la
mayoría de las evacuaciones se realizaron en grandes barcos (entre otros el
Habana, el Goizeko-Izarra y el Cabo Corona); ya que la frontera francesa en
Irún había caído del lado de los sublevados. También partieron a Francia vía
terrestre (en ferrocarril o en camiones) un importante número de niños en el
éxodo final entre enero y febrero de 1.939.
El gobierno británico había rechazado el acoger a los niños
de la Guerra Civil Española, bajo el argumento de que este gesto iría en contra
del pacto de no intervención que habían firmado las principales potencias
europeas (no Alemania ni Italia). Pero tras el bombardeo, el 26 de abril de
1.937 de la ciudad de Gernika, el gobierno británico cambio ligeramente sus
posiciones. En principio, la expedición a Gran Bretaña solo debía durar unos 3
meses, pero para la mayoría de los niños se prolongó durante varios años.
Concluida la guerra en el frente del norte se planteaba que
hacer con los niños alojados en Gran Bretaña. El gobierno británico presiono
para que fueran repatriados a España.
Hay que destacar que la evacuación de los niños vascos a
Gran Bretaña supuso uno de los mayores flujos de refugiados en la historia
británica (al menos hasta entonces). Y además por ser las primeras víctimas de
los dictadores que asolarían Europa en el siglo XX.
Durante la IIª Guerra Mundial Gran Bretaña debido a una
nueva ley aprobada por el gobierno británico en 1.940, cambio el estatus legal
de los niños refugiados que fue sustituido por el de “enemy aliens” (enemigos
extranjeros). Casi todos los niños fueron repatriados antes de que terminará la
Guerra Civil Española; en mayo de 1.939 quedaban poco más de 400 y para 1.945
quedaban todavía más de 250 niños en Gran Bretaña.
Las primeras expediciones oficiales de niños al extranjero,
se produjeron en marzo de 1.937, cuando se estaba librando la batalla en el
frente del norte (País Vasco, Cantabria y Asturias). Los continuos bombardeos a
poblaciones sitiadas, aceleró el proceso de las evacuaciones. Mientras en
distintos países de Europa y de América Latina se constituían comités que
recaudaban dinero para costear los viajes y ayudar al sostenimiento de los
niños en los lugares de acogida.
En Gran Bretaña, Suiza y Dinamarca sus gobiernos se
mantuvieron al margen e incluso la presencia de los niños creo tensiones en el
seno de los mismos.
México y la U.R.S.S. apoyaron a la República Española
durante la guerra y nunca reconocieron al gobierno franquista, ni mantuvieron
lógicamente relaciones diplomáticas oficiales.
En Bélgica los niños fueron distribuidos de acuerdo a sus “creencias”
(más bien de sus padres); los socialistas en Gante y los católicos en Amberes y
en Malinas. Cuando estos niños de Bélgica fueron repatriados a España, tras la
caída del frente del norte, en la frontera española les esperaban las
autoridades franquistas, que haciendo uso de su aparato propagandístico se
prestaban a recibir a los niños “recuperados para la Patria”.
La U.R.S.S., que fue uno de los países de Europa que acogió
un menor número de niños, sin embargo, organizo una impresionante campaña de
propaganda tanto interna como externa hasta el final de la guerra. A veces
recibían cartas de sus familiares a través de América Latina, al no haber
relaciones entre España y la U.R.S.S. al ser regímenes antagónicos y sin
relaciones diplomáticas; se tenían que enviar las cartas a través de otro tercer
país. La persona allí solamente tenía que cambiar el sobre, poner la nueva
dirección y remitirla al nuevo destinatario.
Para 1.943 el 40% de los niños evacuados a la U.R.S.S.
habían muerto (por frio, por hambre, muertos en la IIª Guerra Mundial, …).
En México se les llamo los niños de Morelia (al ser la zona
donde se asentaron).
Todos los niños de la guerra tienen tras de sí historias
conmovedoras y que les marcarían para el resto de su vida.
Los niños repatriados no tuvieron una fácil adaptación a su
regreso. Arrastraron consigo un estigma (marcados como “rojos” o como “hijos de
rojos”) al que se unió en muchos casos la pérdida de sus padres o por estar
represaliados por el régimen franquista.
Solamente en el año 2.005 el Estado Español reconoció sus
sufrimientos vitalicios y les concedió una pensión. La mayoría ya habían
muerto.
DEDICATORIA: Se lo dedico a mi amatxu que fue una de las
refugiadas del frente del norte (tenía entonces 12 años), que estuvo posiblemente
a punto de ser llevada a la U.R.S.S. (así al menos era el comentario general de
los refugiados). Iba acompañada/encargada de su hermano de 3 años. Sus otros 3
hermanos iban en otros grupos de refugiados. Fue “rescatada” in extremis, por
su abuelo, cuando se encontraba en un tren con destino al puerto de Santander
para su embarque. La única selección al subir al tren era que fueran niños/as
solamente. Previamente llevaban varios días deambulando por el monte por el
norte de la provincia de Burgos, escapando de los bombardeos continuos de la
aviación del bando sublevado y del frente de guerra. Incluso dichos bombardeos
fueron nocturnos con el uso de bengalas para ubicarlos. Acontecimientos
acaecidos en agosto de 1.937. Los refugiados se componían de personas mayores y
de niños.
HARRANTZ.
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