Los francos fue un pueblo de origen germánico que invadió la Galia Romana (la actual Francia). De hecho, el gentilicio franco dio origen a otro gentilicio: francés.
Aunque suelen denominarse a los inmigrantes ultra-pirenaicos
con el nombre genérico de francos.
El origen de su establecimiento en Navarra (además de otras
zonas de España) pudo ser debido, sobre todo, a la peregrinación a Santiago de
Compostela por el Camino de Santiago. Ya que, debido a la gran afluencia de
peregrinos, se configuran los burgos o barrios de los francos.
Se puede constatar en dos poblaciones, sobre todo, como son
Pamplona y Estella.
En Pamplona en la Edad Media de los tres burgos que lo
conformaban (tras su unión por medio del llamado privilegio de la unión),
solamente en la Navarrería se hablaba euskera, mientras que en los otros dos
San Cernín y San Nicolás hablaban una lengua romance.
En Estella en la Edad Media fue también una localidad
franca, presentando un topónimo muy similar al francés Estelle o al castellano
Estrella. Fue una parada muy importante en el Camino de Santiago.
La llegada a Navarra de numerosos francos atraídos por los
fueros-privilegios de las villas y por la riqueza de la tierra, dejo una
impronta importante. En numerosas localidades, como son: Puente la Reina, Los
Arcos, Monreal, …, además de las ya mencionadas Pamplona y Estella.
El trato que recibieron por los Reyes de Navarra fue
preferencial, concediéndoles estatus especiales que los beneficiaban. La
actividad comercial les hizo enriquecerse y se igualaron en ciertos aspectos a
la nobleza y a la gran burguesía.
Los francos o ruanos (hombres de rua) se distinguieron
claramente del campesinado servil, para ubicarse en un grupo privilegiado en la
escala social de la época, rango que hasta entonces era ocupado por la nobleza.
Dicho estatus social se basaba en la fortaleza socio-económica.
La condición franca no solamente estaba exenta del pago de
cargas serviles o de la prestación de labores señoriales, sino que la mayor
parte de sus obligaciones o exenciones fiscales revertían en beneficio de la
comunidad y de sus actividades comerciales, al menos en sus inicios.
El amplio enfranquecimiento de estas localidades pronto fue
revisado fiscalmente. En los impuestos extraordinarios, no se liberaron como la
nobleza, de su pago; como son el del monedaje y cualquier ayuda o servicio a
solicitud de la Corona.
No se consideró oportuno regular la movilización militar de
los francos, durante más de tres días, dada su condición de comerciantes y
artesanos, al estar muy faltos de la formación militar exigida a los nobles.
En el aspecto penal, los francos sentenciados a la pena
capital, debían morir ahogados y NO ahorcados, al igual que la nobleza.
Los burgos “originarios” (San Cernín en Pamplona, San Martín
en Estella, Puente la Reina) con gentes ultra-pirenaicas, fueron los únicos
exentos de pagar el censo (contribución obligatoria basada en la propiedad del
solar), al contrario que otras localidades posteriormente enfranquecidas,
obligadas a dicho pago sin excepción.
Los primeros francos provenían de la zona de Toulouse y de
Gascuña, que fueron seguidos de una segunda oleada provenientes del Bearn y de
la Provenza. Fueron atraídos por las franquicias del Fuero que los reyes, tanto
del padre Sancho Ramírez como del hijo Alfonso I el Batallador, les otorgaron
para potenciar y desarrollar la economía del reino de Navarra.
En dichos Fueros se les concedía unas “libertades” muy
excepcionales para su época, como eran entre otras: libertad de comprar y
vender inmuebles con la prescripción de un año y de un día, establecimiento de
penas para los falsificadores de medidas, inviolabilidad domiciliaria, libertad
personal, la paz en la localidad, …
El fuero personal de los francos, los acompañaba allí donde
se encontraban.
Cuando en Navarra se generaliza a finales del siglo XI el
término franco, no se refiere solamente al significado étnico o de origen del
país. En algún caso a estos inmigrantes ultra-pirenaicos se hace referencia
bien al origen del país de procedencia, en otros casos a su ubicación en
recintos urbanos o burgos (de ahí el término burgués), o bien el pertenecer a
un estamento social que los diferenciaba de la nobleza o del campesinado
servil.
La condición privilegiada de los francos desapareció en el
siglo XIV, gracias a los intercambios/ contactos/ mestizaje entre el mundo
urbano-franco y el mundo rural navarro.
Sin embargo, el campesinado servil “gozo” de los llamados fueros
menores, para diferenciarlos de los fueros de los francos.
Tras la mezcla de los francos con los navarros autóctonos, se conforma una auténtica revolución social; sacudiendo una sociedad anquilosada y conservadora: modernizándola. Pasando de ser una sociedad de pastores y campesinos serviles a una sociedad más “abierta”.
HARRANTZ.
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