Los vascones es un pueblo prerromano que ocupaba el territorio de la actual Nafarroa, el oeste de la provincia de Zaragoza, el noroeste de la de Huesca, el norte de La Rioja y el este de Gipuzkoa.
Los vascones son los descendientes de diversas tribus que
practicaban la agricultura y la ganadería preindoeuropeos, que se estima que
llegaron a la Península Ibérica hace unos 5.000 años. Aunque hay diversas
hipótesis sobre sus orígenes y entre ellas están:
- Origen autóctono o in situ: la cual indicaría que, al llegar las glaciaciones al continente europeo, los supervivientes Cromañones buscaron refugio en las zonas más benignas. Formándose el grupo humano protovasco, así como su lengua.
- Origen vasco-iberismo: teoría que afirma que hay una relación entre las lenguas vasca e ibera, de forma que la lengua vasca sería una evolución de la ibera o bien de una lengua de la misma familia que la ibera.
- Origen caucásico: teoría basada en las similitudes entre la lengua vasca y las caucásicas.
- Origen afro-asiático: teoría descartada, tras estudios del ADN mitocondrial y del cromosoma Y, que indican la NO relación genética. Teoría que se basó en las (pocas) similitudes entre la lengua bereber y la vasca.
- Origen de sustrato vascónico: se basa en la teoría del antiguo europeo. Estimando que los primeros habitantes europeos hablaban una lengua común o quizás lenguas de la misma familia lingüística. Teoría un tanto difícil de defender al ser el territorio europeo tan extenso donde habría multitud de lenguas.
Aunque en sus orígenes no era un pueblo muy homogéneo ni
culturalmente ni políticamente; al menos antes de la llegada de los romanos.
La realidad pluricultural de lo que se llama vascón, es la unión de los habitantes que vivían en la zona geográfica (ya reseñada), pero que tenían como lengua unos el protovasco, otros una lengua celtibera y otros una lengua ibérica. Denominándose al conjunto con el término de VASCONES. Las fronteras entre las zonas de las diferentes lenguas, es permeable y con mestizaje, dando lugar a una nueva identidad producto de la suma de todas ellas.
Se puede concluir con estudios de investigadores de la
Universidad Pompeu Fabra, que Euskal Herria fue un territorio “impermeable” a
otras poblaciones desde la Edad de Hierro. Debido a dos causas principalmente:
a) periodos de aislamiento y b) a la falta de flujo o diversidad genética.
Se podían dividir en dos zonas su ubicación: los vascones
del NORTE (saltus vasconum: BOSQUES DE LOS VASCONES), que ocupaban los bosques
y las montañas y que vivían de la ganadería de subsistencia en pequeños
poblados, cuevas y abrigos geográficos; y que mantuvieron un mayor grado de
pureza racial al carecer del contacto con otros pueblos. Y los vascones del SUR
(ager vasconum: LLANURA O CAMPO DE LOS VASCONES), que vivían de la agricultura
y en poblaciones más organizadas que los del norte; teniendo un mayor contacto
e influencia (por el valle del río Ebro) de las culturas venidas del
Mediterráneo. Se podría considerar que el límite entre ambas zonas sería Iruña.
Según Ptolomeo, las poblaciones más importantes eran:
Andelos (Andión), Gracurris (Alfaro), Cascantum (Cascante), Oiasso
(Oiartzum-Irún; que sería la única zona de acceso al mar), Calagurris
(Calahorra), Sefia (Ejea), Cara (Santacara), …
La historia actual de los vascones da sus primeros pasos en
lo que es la actual Nafarroa. Los geógrafos greco-romanos la denominaron con el
término de VASCONIA, siendo sus habitantes los vascones que dio origen a la
“lingua navarrorum” (lengua de los navarros) o lengua vasca actual.
La relación entre los vascones y el Imperio Romano fue
pacífica, amistosa y no belicosa. De ahí la pervivencia de la lengua vasca, a
diferencia de otras lenguas habladas en el resto de la península, cuyos pueblos
se enfrentaron a Roma. No hay reseñas de la existencia de ninguna tropa regular
de Roma para controlar el territorio vascón.
A lo largo del siglo II a.C. debieron de tener lugar los
primeros contactos entre las tropas de Roma y los habitantes nativos. Pero las
noticias seguras de dichos contactos, se dan a partir del año 76 a.C. con
motivo de las guerras sertorianas.
Inicialmente la presencia de Roma en la Península Ibérica,
no otorgo gran importancia al pueblo vascón; quizás debido a no darles
demasiados problemas, a diferencia de otros pueblos peninsulares.
El nombre de vascones procede del que le dieron los romanos,
que es el mismo que le dieron los celtas; ya que no se sabe cómo se
autodenominaban. En monedas acuñadas en territorio vascón aparece en escritura
ibérica: BARSCUNES o BASCUNES, que parece ser que tiene una clara etimología
celta (con significado de “clan de los montañeses o de las montañas”).
La descripción del territorio que ocupaban los vascones
durante la época romana antigua, nos ha llegado a través de los textos de los
autores clásicos entre el siglo I a.C. y el siglo II d.C.: Tito Livio,
Estrabón, Plinio y Claudio Ptolomeo; aunque hay una falta de uniformidad e
incluso de contradicción en sus informaciones.
Los vascones se integraron progresivamente en el sistema
social romano e incluso adoptaron formas de su vida de manera intensa en una
parte de su territorio, especialmente el de las ciudades y el de las tierras
llanas.
Antes de la llegada de los romanos, el pueblo de los
vascones hablaba una lengua que se puede considerar como antecesora del euskera
moderno. Pero hay que reseñar los problemas para el estudio
histórico-lingüístico, como es la escasez de reseñas directas sobre la lengua
en los autores clásicos.
Seis siglos de presencia Romana en el territorio vascón dejo
su impronta en un nuevo idioma (el latín). Las clases altas de la sociedad
vascona lo aprendieron. En la parte meridional del territorio la romanización
fue casi total.
De este nuevo idioma, el latín, surgió el romance navarro;
que presentaba gran similitud al aragonés y también al castellano. Los
documentos cuando dejaron de escribirse en latín, se empezaron a escribir en
romance navarro. Ya que la lengua de los vascones, el euskera, carecía de
tradición escrita.
Los vascones se mezclaron mucho menos con las diferentes
olas migratorias (romanas y bárbaras) que el resto de la Península Ibérica.
Con el paso de los siglos el romance navarro se fue
pareciendo cada vez más al castellano, hasta su total asimilación a finales del
siglo XV.
En lo religioso habrían practicado el sincretismo religioso,
que habría perdurado hasta el siglo I d.C., momento a partir del cual la figura
de Júpiter gano preponderancia sobre el culto indígena, hasta la llegada del
cristianismo hacia los siglos IV y V d.C.
NOTA: sincretismo, significa la
hibridación o amalgama de dos o más tradiciones culturales.
HARRANTZ.
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