Es una erección prolongada del pene en ausencia de estimulación o después de que la estimulación haya cesado.
Es una situación de emergencia; pudiendo provocar desde una
fibrosis, una disfunción eréctil (si dura más de 12 horas), una isquemia que desemboca
en necrosis y gangrena posterior (del pene y de estructuras adyacentes, como el
escroto y los testículos), un síndrome compartimental, … por el exceso de
sangre en el pene, precisando de un tratamiento urgente hospitalario.
El término priapismo proviene del nombre del dios griego Príapo (hijo de Afrodita y Dionisos), que es un dios de la fertilidad vegetal y animal, y que a menudo se le representa con una erección fálica permanente y desproporcionada (que es signo de su gran potencia sexual).
Puede durar desde más de cuatro horas a días. Es más común
en niños de 5 a 10 años y en adultos de 20 a 50 años.
Haciendo un breve recuerdo anatómico del pene hay que
mencionar que está compuesto, por tres cuerpos: dos cavernosos y uno esponjoso,
además de la uretra que desemboca en el meato urinario del glande. La erección se
da por la relajación del músculo liso y un aumento del flujo de sangre en los
cuerpos cavernosos; lo que se manifiesta con congestión y permite mantener la rigidez
del pene para realizar el acto sexual.
INCISO: el priapismo en las mujeres
consiste en la erección continua y dolorosa del clítoris; y se denomina
priapismo del clítoris o clitorismo.
En este trabajo se referirá exclusivamente
al priapismo en los hombres.
Existen dos tipos, a saber:
*priapismo arterial, isquémico o de bajo flujo. Es el más
frecuente. Se da cuando la sangre no retorna desde el pene al resto del cuerpo.
El pene esta rígido y se encuentra doloroso o sensible. Mientras el extremo (glande)
esta flácido.
Es una verdadera emergencia médica urológica.
*priapismo venoso, no isquémico o de alto flujo. Se da
cuando hay una ruptura en una arteria o una lesión en el pene y fluye demasiada
sangre hacia el mismo. El pene no queda rígido y no suele ser doloroso. Es una
patología asociada a un traumatismo peneano o perineal, y su diagnóstico sería
mediante la detección de fístulas arterio-cavernosas o la presencia de
pseudoaneurismas en la ecografía Doppler.
NO produce necrosis. Normalmente deja pocas lesiones, ya que
al acumularse sangre oxigenada no produce isquemia tisular; siendo lo más común
una disfunción eréctil posterior.
Existen otras clasificaciones, a saber:
* Priapismo
intermitente o recurrente: es un tipo de priapismo isquémico.
* Priapismo nocturno. Especialmente en las
fases R.E.M. del sueño.
En su etiología, se puede mencionar:
* causas idiopáticas: es la más frecuente. Se da entre un
35-50%, sobre todo en la edad sexual activa. Donde las erecciones prolongadas,
bien por excitación sexual o por la propia erección nocturna, son un factor
predisponente.
* complicaciones del uso de algunos medicamentos (antidepresivos,
estimulantes sexuales inyectados en el pene, anticoagulantes, antipsicóticos, antihipertensivos,
sustancias ilegales como la cocaína y la marihuana, …). Medicamentos usados
para tratar el trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
* trastornos sanguíneos como pueden ser coágulos.
* anemia falciforme o drepanocitosis, donde los hematíes en
lugar de ser flexibles (bicóncavos) tienen forma de media luna provocando que sean
rígidos y pudiendo “taponar” los vasos sanguíneos del pene. Típica de la raza
negra.
* leucemia, mieloma múltiple, infiltración tumoral de cáncer
de próstata o de uretra, …
* enfermedades infecciosas como la malaria.
* lesiones de la médula espinal por traumatismos.
* incluso la picadura de la araña viuda negra, de un
escorpión, … El alcohol.
* en el mundo occidental la causa más habitual es el uso de
fármacos para la disfunción eréctil.
Se puede diagnosticar de acuerdo con los niveles de oxígeno,
de dióxido de carbono y del pH en los gases arteriales del cuerpo cavernoso. Y
serían de:
+ bajo flujo: oxígeno < 40%.
+ alto flujo: oxígeno > 70%.
Dentro de los tratamientos más utilizados, se incluyen los
siguientes:
+ uso de compresas frías o hielo.
+ extracción de sangre, mediante una inyección con una aguja
(con anestesia local o general) para drenar el exceso de sangre.
+ en el priapismo isquémico o de bajo flujo: medicamentos
alfa-adrenérgicos (fenilefrina, …) inyectables en los cuerpos cavernosos: provocan
vasoconstricción de los vasos sanguíneos y disminuye la cantidad de sangre en
el pene y vasodilatación de los vasos que llevan la sangre del pene hacia el
cuerpo. Se puede repetir en varias ocasiones hasta conseguir el objetivo
deseado. ¡OJO!, con estos fármacos por los efectos
secundarios de cefalea, HTA y taquicardia.
+ si fallan los métodos previos se usa la cirugía en el
priapismo isquémico.
En el 65% del priapismo no isquémico o de alto flujo, se
opta por la observación, ya que revierte de forma espontánea sin dejar
secuelas.
En el priapismo de menos de 24 horas de evolución, el éxito
alcanza el 92% de los casos en lo que respecta a la capacidad eréctil tras
solventarse el episodio isquémico.
HARRANTZ.
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