La guerra o lucha de bandos o de banderizos fueron una serie de enfrentamientos armados que se dieron a finales de la Edad Media. También se dieron en otras zonas de la Península Ibérica, como Cantabria, Castilla, La Rioja, …
En estas luchas hay tres tipos de enfrentamientos, a saber:
* la nobleza contra el campesinado o el mundo rural, * la nobleza contra las
villas y * la nobleza contra sí misma.
En realidad, era mantener la predominancia de ideas, formas,
maneras y poderío de la nobleza.
Los diferentes linajes de la nobleza rural en los
territorios de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, se aglutinaron en torno a
dos familias. Los Gamboa y los Oñaz en Euskadi, dando lugar a los llamados
Gamboinos y a los Oñacinos. Y a los Agramont y a los Beaumont en Nafarroa, que
a su vez dieron lugar a los Agramonteses (aliados en Euskadi de los gamboinos y
del Reino de Navarra) y a los Beamonteses (aliados de los oñacinos en Euskadi y
de la Corona de Castilla).
La finalidad de estos enfrentamientos era el mantenimiento de las rentas de la nobleza y su estatus social, que iban disminuyendo con el nacimiento y desarrollo de las nuevas villas.
Aunque se llegó a competir entre diferentes parientes
asentados en las nuevas villas por el control de la administración municipal,
dándose el caso de rivalizar entre familias del mismo bando por ello.
Fue la época dorada de los señores de la guerra o parientes
mayores, que se enfrentan entre ellos.
Las luchas de banderizos acaban perdiendo el poder de los
señores feudales por varios motivos:
1) al ponerse las nuevas villas, que iban acompañadas de
cartas-pueblo o fueros municipales bajo el control administrativo de la Corona
de Castilla. Estas nuevas villas se dedicaban a actividades mercantiles, que
eran claramente opuestas a las del mundo rural de los parientes mayores de
donde sacaban sus rentas.
2) por la pujanza de las Hermandades de las villas y
3) por el reconocimiento de la hidalguía universal a todos
los vizcaínos y guipuzcoanos.
Los linajes se adhieren a uno u otro bando en función de sus
intereses, considerándose normal el cambio de bando.
Los señores feudales robaban, saqueaban y extorsionaban a
los campesinos en las villas que consideraban enemigas, además de asaltar a los
convoyes de mercaderes que venían de Burgos y que dirigían a los puertos vascos
para la exportación de sus productos.
Estas luchas se basaron en asesinatos, emboscadas,
incursiones de devastación, quema de cosechas y bosques, ataques a casas-torres
y a veces batallas campales, siendo este el proceder para mantener el poder de
un bando o del otro.
Las luchas de banderizos no se desarrollaron únicamente en
el mundo rural. Cada enfrentamiento encendía la mecha del siguiente
enfrentamiento.
No fue una lucha caballeresca, sino una guerra bárbara de
pillaje y brutalidad.
Los orígenes de esta aptitud de los señores feudales, se debió
a la crisis que afectó a los territorios de Euskal Herria, por la disminución
de la producción agrícola, hambrunas, … Además de las consecuencias de la
epidemia (o pandemia) de la peste negra de 1.348, que fue la más grave de
todas; ya que además se dieron otras oleadas de esta epidemia en los años
1.362; 1.382-1.383: 1.399 y 1.400-1.402. Siendo harto difícil evaluar el
impacto demográfico de dicha epidemia.
Lo que motivo que aumentase la mortandad entre el
campesinado y que algunos se refugiaran en las nuevas villas, lo que conllevo
que se afectaran las rentas de los señores feudales.
En Bizkaia fueron los lideres de cada bando los
Urquizu-Abendaño, otros como los Marroquín, … (bando gamboino) y los
Mújica-Butrón, otros como los Sopelana, … (bando oñacino).
En Araba los lideres de cada bando fueron los Ayala, Gaona,
… (bando gamboino) y los Calleja, Mendoza, Murga, Salazar, Ugarte, … (bando
oñacino).
En Gipuzkoa los lideres eran los Gamboa, Olaso, Balda,
Zarauz, … (bando gamboino) y los Oñaz, Lazcano, … (bando oñacino).
Como se puede comprobar la amplia red intrincada de linajes
era tal, que hizo que perdurase en el tiempo los enfrentamientos fratricidas.
Tanto en Bizkaia como en Araba, la etiqueta de gamboinos y
oñacinos, solo se aplicaba cuando en los enfrentamientos intervenían linajes
guipuzcoanos.
INCISO: los parientes mayores,
señores feudales o Jauntxos Rurales eran aquellos miembros que poseían más
tierras y privilegios. Siendo el superior natural de una comunidad de linajes y
solares. Teniendo como función la de administrar y ampliar el patrimonio
familiar y defenderlo.
Los parientes mayores simplemente
luchaban por demostrar “quien valía más”, que es una expresión que se repite en
la documentación de la época.
Por contraposición los parientes
menores, en la época de la lucha de banderizos, eran los escuderos, caballeros,
pequeños hidalgos, infanzones (miembros de la baja nobleza por haber sido un
segundón en una familia de la alta nobleza), …
Los valores de los señores feudales
eran: nobleza, honor y honra; que pasaron a ser propios de la identidad
vizcaína.
El topónimo del solar y de la
casa-torre fundados por un antepasado común daban nombre al linaje. Cada uno de
los linajes aglutinaban a un numeroso grupo de gentes presidido por un pariente
mayor, que pertenecía al tronco principal del mismo.
Habitualmente los distintos linajes
no extendían su influencia más allá del valle donde se encontraba el solar y la
casa-torre o de la villa en la que había sido receptora de mercedes reales
(favores o gracias concedidos por la Corona de Castilla).
Durante la Edad Media los limites de
las actuales provincias de Euskadi y de Nafarroa, no constituyeron una única
entidad política y administrativa fija; ya que sus contornos eran muy difusos,
por ser tan pronto parte de Castilla como de Nafarroa.
El mundo urbano de las villas lideró la resistencia y
ofensiva antiseñorial o antifeudal, a través de una institución
jurídico-policial: Las Hermandades. Que tenían la misión de mantener el orden
público, sobre todo en caminos y zonas deshabitadas, así como la administración
de la justicia.
El origen de Las Hermandades se motivó sobre todo para
acabar con el bandidaje y que con el tiempo tuvieron como principal objetivo
hacer frente y luchar contra los parientes mayores, que fueron los
protagonistas del conflicto de la lucha de banderizos. Los cuales se resistían
al profundo cambio socioeconómico que se estaba dando en buena parte de Europa
a partir del siglo XIII y sobre todo durante los siglos XIV y XV.
Las Hermandades fueron apoyadas primero por el Rey Enrique
IV de Castilla y posteriormente por los Reyes Católicos.
Se llegaron a disolver las tropas de los señores feudales,
así como se derribó sus casas-torres o se realizó el desmochado (derribar la
parte superior) de las mismas para reconvertirlas en residencias rurales. Y
algunos de los parientes mayores fueron desterrados a la frontera andaluza para
combatir contra los moros.
En NAFARROA la lucha de banderizos tomo tintes de una
auténtica guerra civil. Parece ser que su origen se remonta durante el reinado
de Carlos III de Nafarroa, que es cuando se inicia la discordia entre dos
señores feudales: Pierres de Peralta (agramontés) y Luis de Beaumont
(beamontés). Se les puede achacar a estos señores la culpabilidad de esta
guerra de Banderizos fratricida en Nafarroa.
A la muerte de la Reina Blanca I de Nafarroa los beamonteses
toman partido por el heredero del trono: Carlos de Viana, mientras que los
agramonteses se inclinan por el rey consorte Juan II de Aragón.
Con la desaparición de ambos personajes los beamonteses
giraron sus preferencias hacia Castilla y los agramonteses tomaron partido por los
monarcas navarros de Foix.
Los navarros cansados de las luchas civiles y se puede decir
que abandonados por sus gobernantes (sus Reyes), fueron presa fácil y rápida
para la invasión/anexión del Reino de Navarra.
Las autoridades del Reino de Nafarroa, desde principios del
siglo XIV, denominaron la “frontera de malfechores”, la que les separaba de
Araba y de Gipuzkoa; lo cual fue unido con un poder REAL ausente, lejano o
débil.
La lucha de banderizos en Nafarroa se perpetuó en una guerra
civil que estallo en 1.450 y, aunque oficialmente terminó en 1.464, en realidad
no concluyo hasta entrado el siglo XVI. Durante ese tiempo NO hubo una Corona
fuerte que frenará los conflictos nobiliarios y acabará con ellos. Tampoco se
crearon Hermandades (como en Euskadi) que actuaran contra los banderizos. Las
gentes de las villas estaban alineadas con cada uno de los bandos.
Muchos habitantes de Euskal Herria huyeron de la lucha de
banderizos repoblando Castilla y otros territorios de la Península Ibérica en
zonas reconquistadas a los moros.
Gracias a las prebendas ventajosas los “colonos vascos”
fundaron algunas poblaciones muy alejadas de sus territorios.
Las Hermandades fueron creadas en Bizkaia en 1.394, en
Gipuzkoa en 1.397 y en Araba en 1.417.
Las luchas de banderizos terminaron definitivamente en el
siglo XVI, cuando se da el descubrimiento de América y la conquista/anexión
castellana del Reino de Nafarroa peninsular. Los parientes mayores pasarán de
ser lideres en las luchas fratricidas a formar parte de la nueva burguesía
vasca.
El final de la lucha de banderizos concluyó excepcionalmente
con el triunfo de la burguesía en Euskadi.
Las Hermandades fueron el embrión de lo que más tarde serían
las Juntas Generales o Diputaciones.
La principal fuente de información con que se ha contado
para relatar las luchas de banderizos es la lectura de Bienandanzas e Fortunas
de Lope García de Salazar.
HARRANTZ.
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