La presencia del Imperio Romano en Euskal Herria se constata
desde el siglo II a. de C. hasta el siglo V d. de C.
En concreto en el año 196 a. de C. llegaron los romanos
avanzando por el valle del río Ebro. Y su presencia duro hasta el año 476 d. de
C. tras la caída del Imperio de Roma por las invasiones bárbaras.
Los escritores clásicos romanos nos presentan una sociedad
de Euskal Herria dividida en tribus y que se encuentran ubicadas en un
territorio mucho más extenso que el actual.
El Imperio Romano promovió la vida ciudadana, conviviendo
con las tribus autóctonas (autrigones, caristios, várdulos, berones, aquitanos
y vascones), para facilitar su administración y proveerse de las materias primas
que Roma precisaba, tales como vino, cereales, aceite, minerales, …, así como
de esclavos y de soldadesca para sus legiones (reclutando “tropas auxiliares”
en las nuevas provincias conquistadas).
Los pueblos que habitaban Euskal Herria NO llegaron a
inquietar a los generales ni a las legiones de Roma, al contrario que lo que
ocurrió con sus vecinos cántabros y astures, que dieron lugar a las guerras
cántabras (29 al 19 a. de C.), con lo que se finalizó la conquista total de
Hispania. A partir de lo cual se estableció la “pax romana”, que se extendió
por toda la Península Ibérica.
La romanización en estos territorios NO fue muy intensa
(excepto en la zona meridional de Araba y en la zona media y ribera de
Nafarroa), a diferencia de lo que ocurrió en otras zonas de la Península
Ibérica.
La romanización de los distintos territorios de Euskal
Herria fue incompleta; lo que ha sido mitificado y más cuando se ha usado
políticamente. Cada vez hay más hallazgos que atestiguan que fue COMPLETA. La
influencia y el dominio de Roma fue indudable, sobre todo en la tierra llana
meridional que era la zona agricola (Ager), pero muy débil en la zona montañosa
septentrional llena de bosques (Saltus).
INCISO: Los términos Ager y Saltus son un concepto histórico. Y se interpretan como dos zonas muy diferentes en la administración romana. Se cree que en la zona Saltus “ignoraban” a la administración romana y a su vez Roma no mostraba ningún interés por esta zona.
Además, dado que el euskera o vascuence ha sobrevivido en dicha zona, se la ha
considerado una zona sin romanización.
Ager significa literalmente: el
campo. Y que según Ulpiano (fue un jurista romano nacido en la provincia romana
de Syria) significa agro.
Saltus significa: tierras baldías o
salvajes, un espacio rural no explotado o una zona boscosa.
Roma hacia censos en los cuales se recogía información de
los ciudadanos, lo cual significa que estaban sometidos al Imperio de Roma. Lo
cual se constata tras hallar una lápida escrita en honor a Caius Mocconious
Verus (Mocconio Vero): un funcionario de Roma que vivió en el siglo I o II d.
de C... Que entre otras cosas realizaba censos para Roma. En dicha lápida figura
el haber realizado el censo en 24 ciudades vasconas y várdulas.
Durante siglos se ha creído erróneamente que la
supervivencia de la lengua vasca se debió a un aislamiento de los vascos y a
una falta de romanización de los territorios de Euskal Herria. Fue más bien una
coexistencia pacífica y no hostil.
Los romanos trajeron nuevas ideas, nuevos avances, nuevas
leyes, nuevas técnicas, otra lengua, …, construyeron ciudades, calzadas,
fomentaron el comercio, impusieron sus leyes, … Las tribus autóctonas ante tal
“despliegue de modernidad y progreso” lo aceptaron.
Hubo dos principales calzadas romanas que atravesaron el
territorio de Euskal Herria, a saber: la que partiendo de Burdigala (actual
Burdeos) iba hasta Asturica (Astorga) y otra que iba desde Tarraco (Tarragona)
hasta Oiarso (Oiartzun-Hondarribia).
Pamplona y Baiona fueron asentamientos fundados por los
romanos.
Aceptaron, también, en sus relaciones humanas la lengua, el
latín, que imponían en todas sus relaciones (sociales y comerciales). Aun así,
el euskera o vascuence, pervivió, aunque con una fuerte influencia del latín
que dio lugar a muchos “prestámos” a nivel del vocabulario y de su estructura.
Roma tras la conquista de las provincias, ofrece un modelo social
basado en su sociedad, no de forma violenta, sino con la integración de las
élites nativas en los niveles superiores de la sociedad romana.
Euskal Herria entro en la historia de la mano del imperio de
Roma. Se manifestó incluso llegando a engrosar las filas de sus ejércitos para
su mayor gloria, mediante las legiones, las cohortes o los pretorianos.
Ser romano significaba tener muchas ventajas y las tribus
indígenas trataron de conseguir ese privilegio y esa identidad jurídica. Ya sea
tras pasar muchos años en el servicio militar en tropas adscritas a la legión o
tras ayudar de un modo u otro a los nuevos conquistadores.
El Imperio de Roma oprimía con fuerza a los pueblos y
tierras que se enfrentaron a ellos.
HARRANTZ.
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