La brujería o más bien sería hablar de BRUJAS (sorgin en euskera), ya que es muy raro hablar en masculino de brujos.
Se calcula que el 75 al 80% de las personas acusadas de brujería eran mujeres. Lo cual indica que existió cierta misoginia (odio, aversión, desconfianza, desprecio e incluso miedo hacia la mujer). Ya que la mujer se consideraba que era más débil, lo que la hacía más vulnerable a engaños y a ser tentada por el diablo. Solían ser jóvenes y solteras, lo que era contrario a la idea estereotipada que suele tenerse de una bruja como una mujer vieja y sola.
Aunque también se tiene la idea de este otro tipo de mujeres como: solas, pasada la edad reproductiva y no sujetas a ningún hombre. Por lo que resultaban “peligrosas”.
Casi siempre se representa a la bruja como una mujer que por su aspecto físico atemoriza, dándonos miedo y provocando su rechazo. Y es que se la representa como: fea, con vestimenta andrajosa, aparece volando sobre una escoba (este elemento en sus inicios no estaba relacionado con la brujería), adorando al diablo, bailando en aquelarre, haciendo ponzoñas con cadáveres de niños, … y que en conjunto era como un ser malvado.
INCISO: Aquelarre, es una palabra que procede del euskera AKELARRE y que se traduce como: “prado del macho cabrío”. Estos aquelarres son fiestas populares, reuniones paganas, en las que hombres y mujeres se reunían alrededor de una hoguera para dar rienda suelta a sus fantasías. En las que se bailaba, comía y bebía a la luz de la luna.
En épocas precristianas la brujería sería una simbiosis entre un ser imaginario y un ser humano.
Pero con el transcurso del tiempo y ya en época del cristianismo muto a una mujer de carne y hueso. Y que habitualmente no era otra cosa que una herbolaría, sanadora, hechicera, chamarilera -persona que se dedica a la compraventa de objetos viejos o de segunda mano-, curandera, partera o una persona versada en remedios que ofrece la naturaleza para aliviar los males humanos.
NOTA: La diferencia entre hechicería y brujería, es que en la primera NO existe pacto con el diablo y en la segunda SI existe.
Hay que considerar que era la forma en que la plebe o el pueblo tenía acceso a los remedios naturales contra sus males o enfermedades.
NO hubo una caza de brujas sistemática, ni fueron muchas las victimas que murieron en la hoguera por causa de la brujería (el método de quemarlas en la hoguera fue una de las formas más habituales, aunque no la única; quizás por pensar que con ello las destruían totalmente y se purificaba su alma ¿?). Algunos recuentos actuales lo cifran en 300 las personas asesinadas por esta causa en toda España. Aun siendo muchas las muertes, pero desde luego muy lejos de los 25.000 asesinados que arrojan países como Alemania, los 10.000 de Polonia o los 5.417 en Suiza. Aunque, menores las cifras también se dieron grandes matanzas y persecuciones en Inglaterra y en Francia.
La confesión de realizar actos de brujería (o más bien la autoinculpación), era una forma de defensa frente a otros vecinos, ya que, una vez perdonados por el Santo Oficio de la Santa Inquisición, nadie podía volver a acusarlos/as.
NOTA: El Santo Oficio de la Santa Inquisición también juzgaba las cuestiones relacionadas con la herejía, siendo esta una de sus principales preocupaciones.
Y lo hacia mediante un Auto de Fe, que era una ceremonia pública en la que se anunciaban las sentencias de los condenados por delitos contra la fe católica. Sirviendo de advertencia al pueblo de las consecuencias de las herejías y de los actos de brujería.
Dichos Autos de Fe se realizaban en domingo o en día festivo, ya que convenia que asistiera una gran multitud al suplicio y a los tormentos de los culpables, a fin de que el temor los apartara del mal.
Las cacerías brujeriles, contrariamente a la idea que se ha tenido, fueron promovidas por las autoridades civiles, teniendo la Santa Inquisición un papel limitado.
La sociedad navarra (siendo dentro de Euskal Herria donde más se dieron casos de brujería) durante los siglos XVI y XVII se caracterizó por las diferencias culturales y políticas, por sus creencias en mitos y leyendas y por la sabiduría popular ancestral que poseían las mujeres de aquella época. Usando el poder de la naturaleza para curar enfermedades. Lo cual favoreció las acusaciones de brujería entre los vecinos.
La caza de brujas en Euskal Herria, se dio en Gipuzkoa a finales del siglo XV, en Nafarroa en el siglo XVI y en Lapurdi a inicios del siglo XVII.
La Santa Inquisición intervino en más de 60 localidades navarras, sobre todo en la montaña (siendo Zugarramurdi en 1.610 la localidad del Pirineo Occidental de Navarra la más destacada), que fue el epicentro brujeril.
NOTA: En Zugarramurdi como consecuencia de la caza de brujas, cerca de 300 personas fueron acusadas, unas 40 encarceladas en el Auto de Fe de Logroño de las que parecieron más culpables y finalmente 11 murieron en la hoguera (6 fueron quemadas vivas y las otras 5 en efigie, ya que habían muerto previamente por las torturas y por las condiciones humanas que sufrieron en su encarcelamiento).
Este proceso de la Santa Inquisición estuvo influenciado por persecuciones similares llevadas a cabo por Pierre de Lancre en Lapurdi, región limítrofe con la localidad de Zugarramurdi.
HARRANTZ.
Comentarios
Publicar un comentario