El primer caso de una neumonía (distinta hasta las entonces conocidas) por coronavirus fue notificado en la ciudad de Wuhan (China) el día 31 de diciembre de 2.019.
La O.M.S. el día 11 de marzo de 2.020 declara que puede
caracterizarse como una pandemia el brote detectado en China. Se la denomina
con el nombre de COVID-19 o S.A.R.S. (siglas en inglés de síndrome respiratorio
agudo grave)-COV-2.
En España se declara el estado de alarma el sábado 14 de
marzo de 2.020 a partir de las 00:00 horas. Tras su anuncio oficial el día
anterior por el presidente del gobierno de España. Estado de alarma, con
confinamiento domiciliario, que duraría hasta el día 21 de junio de 2.020.
En el caso del médico que suscribe, a partir del día 16 de
marzo de 2.020 (fecha de su 65 cumpleaños; siendo uno de los peores días de
consulta/trabajo de toda su vida laboral y habiendo solicitado la prolongación
en el servicio activo meses antes), en la consulta se dieron una serie de
circunstancias de “desprotección y desapego hacia el personal médico”. Como
son:
*el día 13 de marzo (día previo al inicio del estado de alarma), desde la Consejería de Sanidad se enviaron al menos 15 correos electrónicos al personal sanitario referente a la actuación ante la pandemia; con mínimas variaciones o aportaciones respecto de los previos. Desde los primeros casos dos meses y medio antes, NO habían tenido tiempo de prepararse ante esta eventualidad tan evidente y tan difundida por los medios de comunicación. Tanta improvisación les delata en su ineptitud.
*nos facilitan una mascarilla quirúrgica (M.Q.) POR DÍA DE
CONSULTA. Cuando se intenta coger otra más, me ponen mala cara y me lo
recriminan. Cuando por comodidad e higiene el Ministerio de Sanidad de España y
la Sociedad Francesa de Higiene, recomienda que no se use más de 4 horas,
siempre y cuando no esté mojada, sucia o deteriorada, en cuyo caso debe de
cambiarse. Según un sumario de evidencia del Instituto Joanna Briggs, indica
que las M.Q. no debieran usarse más de 6 horas; indicando también que los
agentes patógenos respiratorios en la superficie externa de las M.Q. pueden
provocar la autocontaminación.
La carencia de M.Q. es “increíble” de entender. Debe de ser su
fabricación de una alta tecnología, que no está al alcance de ella en España.
Puede ser como una tecnología de enviar a un ser humano a la Luna ¿?.
- Nos prolongan la jornada laboral de forma unilateral (de
8:00 a las 17:00 horas). Por necesidades del servicio, como suelen alegar en la
Administración. Todos los empleados en la Administración Pública, tienen esta
“deferencia” o solamente los sanitarios y/o los esenciales para la sociedad ¿?.
- Tenemos que turnarnos para trabajar los fines de semana y
los días festivos.
- Las consultas médicas pasan a ser NO presenciales. Todas
son por llamada telefónica. Provocándose un colapso telefónico, al no aumentar
las líneas telefónicas. Siendo imposible de contactar con los requirentes de
ser llamados por teléfono. Dándose el caso de llegar a usar su teléfono móvil,
para dichas llamadas, por parte de algunos compañeros médicos.
- Cuando tenemos que valorar en consulta a un paciente, por
ser imposible hacerlo vía telefónica, la protección es de usar guantes y una
M.Q. . Con lavado posterior de las manos y de las zonas que hayan podido ser
susceptibles de haber sido “contaminadas” por parte del paciente, realizándolo
el médico que lo atendió.
- No nos ponen ningún sistema de protección, del tipo de
pantallas de metacrilato, como si se da en la zona de admisión del Centro de
Salud. Cuando es el personal médico el que puede y/o tiene que valorar a los
pacientes, siendo su contacto más directo.
- Cuando se tiene que valorar a un paciente dentro del
“circuito de respiratorio”, se usa la M.Q. FFP2 y los E.P.I. (equipos de
protección individual) para VARIAS ocasiones. Indican que hasta por tres veces.
A los E.P.I. hay que hacerles una “raya” en la parte inferior de la bata, para
que tras su tratamiento en autoclave se vuelvan a usar; cuando, por su
fragilidad se desgarran al quitárselos. Respecto de las M.Q. FFP2, las tenemos
que “conservar” en una bolsa de plástico hasta su nuevo uso en el “circuito de
respiratorio”, ya que así se previene de su contaminación y se pueden
reutilizar (sic).
- Carencia de tener un plan ante contingencias conocido y
aplicado por el personal médico y del Centro de Salud ante cualquier
circunstancia extraordinaria. Piénsese en una pandemia (como la actual), un
atentado terrorista, un accidente de cualquier índole (aéreo, de carretera,
ferroviario, …), una agresión física, …. Ni siquiera se ha aplicado nunca un
plan de evacuación del Centro de Salud, ante la posibilidad de cualquier evento
extraordinario interno (incendio, inundación, …).
- No tener personal médico de apoyo y más cuando había dos
médicos de baja laboral al inicio de la pandemia en mí Centro de Salud. Mandaron
dos de apoyo tarde y los retiraron pronto (en abril´2020). Pensarían las
autoridades sanitarias que ya se había controlado y/o terminado la pandemia en
abril de 2.020 ¿?.
-No haber realizado ninguna prueba de P.C.R. en todo el tiempo.
Solamente a los 2 meses de declararse el estado de alarma al personal médico
nos realizaron una prueba del test de antígenos; por si dábamos positivo y
éramos COVID-19 asintomáticos y contaminantes dentro del Centro de Salud.
- En mi caso, por dos veces, presente un dolor precordial
(los días 16 y 30 de marzo de 2020), presagio de algo desagradable. Debido al
gran estrés al que estaba sometido.
- Que se sepa ningún cargo de la Administración (en Navarra) y con profesión de médico/a, se reincorporo a su antiguo destino antes de empezar a trabajar como “liberado” en puestos de responsabilidad en Sanidad. Se les habría olvidado la profesión y/o su egoísmo les motivo su desafección con sus antiguos compañeros ¿?, cuando todas las ayudas eran pocas.
Siento indignación el ver en alguna ocasión en la televisión como diferentes partidos políticos se auto-congratulan de lo “bien que está haciéndolo la Sanidad” (en este caso en Navarra). Sin ningún ápice de autocrítica.
Deseo, por mi parte de la Sanidad Pública Navarra, más
humildad, mejor trato, menos autocomplacencia y menos autobombo, más cercanía a
los enfermos y a los que los cuidan, más información, …. Más empatía, en una
palabra.
NOTA: no es una crítica, sino la descripción de una
situación y de unos hechos que ha desbordado a la Administración y que los
médicos hemos “pagado” su ineptitud y desidia.
En mi caso deseaba seguir trabajando hasta que ya no pudiera
o me hubiesen echado. Es mi profesión que amaba y aun amo. GRACIAS.
HARRANTZ.
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