Es la sensación de tener picor, picazón o quemazón en la piel anal y perianal, que lleva a la necesidad de rascarse, lo cual provoca el inicio del ciclo picor-rascado-picor y que empeora la sintomatología con excoriaciones e infecciones.
También se denomina picazón o comedón anal.
La zona anal es un área de gran sensibilidad, por lo que cualquier factor que le afecte puede causar esta sensación y/o patología.
El prurito anal se agrava por la noche y se alivia, de forma transitoria, con el rascado. El agravamiento nocturno se debe al aumento de la temperatura perineal al permanecer en la cama y estar arropado.
Puede llegar a extenderse a la vulva o al escroto. Es más
frecuente en los hombres que en las mujeres (en una proporción de 4/1), siendo
la razón desconocida. Y se calcula que afecta entre el 1%-5% de la población
general.
Hay que destacar que es un SÍNTOMA
y no una patología. Por ello es conveniente dirigir el tratamiento a la
etiología. Aunque puede haber un prurito anal primario o idiopático, sin
etiología aparentemente conocida y que puede ser la más habitual (entre el 50%-90%).
El pH ácido de la piel perianal se altera por la
alcalinización provocada por la materia fecal, al que se suma el efecto
irritante provocado por las bacterias fecales; pudiendo provocar además la
consiguiente colonización por hongos. Así mismo, también contribuyen al prurito
anal: la sudoración excesiva de la zona, la falta y/o el exceso de higiene
perianal y el uso de jabones que no respetan el pH (ácido) de la zona.
Debido a su ubicación en el pliegue interglúteo el ano
presenta, una temperatura, humedad y pH superiores al resto de la superficie
corporal. Y en donde además se acumulan moco rectal, sudor y restos fecales. El
prurito anal aumenta con el ejercicio físico.
Algunos alimentos han demostrado su relación con el prurito
anal, a saber: café, té, cerveza, chocolate, tomate y sus derivados (salsas de Kétchup,
…), bebidas carbonatadas (refrescos de cola, …), lácteos, nueces, queso, …
En el embarazo debido a las alteraciones que se pueden dar
en la zona perineal también puede ser causa etiológica. Otras situaciones como
la obesidad, la diabetes mellitus, … la favorecen.
Además, puede ser causado por: * diarreas, * toma de
antibióticos (como tetraciclinas o la eritromicina), * parásitos (como los
oxiuros, frecuente infestación en la edad infantil), * hemorroides, *
infecciones de transmisión sexual (I.T.S.), * candidiasis, * uso de papel
higiénico perfumado, * jabón perfumado, * dermatitis, * frutas cítricas, *
comer especias en exceso, * patología ano-rectal (fisura y fistula anales,
psoriasis, …), * sarna, * infección por piojos, …
Hasta en un 10% de los casos tiene origen psicógeno.
Un examen físico determinará la presencia de alteraciones en
la piel perianal y etiquetará su posible etiología. La piel perianal puede
encontrarse enrojecida, húmeda e inflamada. Pero si el prurito anal se hace
crónico dicha zona estará blanquecina, engrosada y macerada; provocando
liquenificación de la piel.
Durante los tratamientos a seguir está indicado el uso de
ropa íntima de algodón y que la misma esta suelta, evitando que este apretada.
Inicialmente, y por lo general, el tratamiento suele ser
sintomático, mediante medidas de higiene y dieta.
El uso de medicación, como son: corticoides tópicos y otras
cremas, antihistamínicos orales, antidepresivos, …, se debe de instaurar de
forma individualizada.
Es poco probable que los corticoides tópicos sean
“curativos” a largo plazo, pero pueden aliviar el prurito temporalmente.
Tras las defecaciones, se debe de limpiar la zona suavemente
por palpación y NO por frotación. Pudiendo usar toallitas de bebe, una toalla
húmeda o papel higiénico húmedo y sin perfume y sin color.
Esta indicado lavarse tras la defecación y cuando tengamos
prurito anal, con agua y SIN JABÓN en el bidet. El lavado ha de ser suave. El
jabón por muy neutro que sea, elimina el “manto ácido graso de la piel”, que
protege frente a infecciones oportunistas. La zona anal debe quedarse seca (sin
humedad) y limpia. Se puede usar polvos de talco.
Utilizar, si es preciso, suplementos de fibra para ayudar a
que las deposiciones fecales sean regulares.
En los casos de prurito anal idiopático o primario rebelde a
todos los tratamientos la capsaicina tópica ha demostrado dar buenos
resultados.
INCISO: capsaicina o capsicina, es
una sustancia que se encuentra en los chiles picantes, en los pimientos
picantes, en los pimientos, en los pimentones, en las guindillas, en el
jengibre y en los chiles de cayena. Su efecto consiste en afectar a las células
nerviosas de la piel que están asociadas al dolor; provocando una disminución
de la actividad de estas células nerviosas y una atenuación del dolor.
A menos que la causa especifica sea diagnosticada y tratada,
el prurito anal puede llegar a cronificarse. Pudiendo ocasionar depresión, si
los síntomas son severos y persistentes.
HARRANTZ.
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